Todos y cada uno de nosotros alguna vez hemos estado enfermos.
En ese momento nos acordamos que nos sentimos mal y se nos vienen a la mente muchísimas ideas, la mayor parte de ellas de inconformidad, tristeza e incluso de negación.
Es decir, en pocas palabras: solo cuando estamos enfermos nos acordamos de la salud.
Este es un error garrafal, pues podemos utilizar todo el tiempo la MEDICINA PREVENTIVA, para evitar o por lo menos disminuir las posibilidades de estar insanos.
Ahora bien, existen diversas
CATEGORÍAS O GRADOS DE MEDICINA PREVENTIVA:
MEDICINA PREVENTIVA PRIMARIA:
Es cuando no hemos tenido la enfermedad y podemos evitar que esta se presente.
Actualmente un ejemplo mucho muy frecuente es el caso de la DIABETES.
Veamos que pasa con esta enfermedad: la causa o desencadenante más frecuente es ni más ni menos que la OBESIDAD (entre otras).
Podemos tener alguien que tenga “herencia para tener diabetes”, porque alguno de sus familiares ya la haya presentado, pero si se conserva en un peso adecuado, lleva a cabo una alimentación adecuada, controla su estrés, hace ejercicio, etc (todos ellos serían ACCIONES EN MEDICINA PREVENTIVA), tendrá mucho menor riesgo de presentar en un futuro esta enfermedad tan temida por algunos.
MEDICINA PREVENTIVA SECUNDARIA:
Siguiendo con el ejemplo anterior: si ya una persona tiene diabetes, puede evitar “secundariamente” presentar cualquiera de las complicaciones de ella (que pueden ser muchas y variadas), controlando adecuadamente sus niveles de glucosa y acudiendo periódicamente a su médico, para que él le vaya indicando los medicamentos, acciones y conductas a seguir.
Está demostrado que si el paciente presenta niveles normales de glucosa (azúcar) en la sangre (ver artículo de “TIPS BÁSICOS PARA EL CONTROL ADECUADO DE LA DIABETES MELLITUS”), podrá evitar o por lo menos retrasar las posibles complicaciones de esta patología tan desconocida para los pacientes, pero tan fácil de poder controlar actualmente con todos los conocimientos tan profundos y didácticos que ya tenemos de ella.
MEDICINA PREVENTIVA TERCIARIA:
Supongamos que la persona tiene diabetes y ya presentó alguna de las múltiples complicaciones de esta “impensada” enfermedad, digamos por ejemplo que ya tiene una úlcera en el pie.
Si cuidamos y tratamos adecuadamente –junto con la ayuda del paciente y sus familiares- vamos evitar “terciariamente” que se le tenga que amputar una pierna, por no haber utilizado esta MEDICINA PREVENTIVA.
